Carme Ruscalleda recibe el Andorra Taste Award 2024

En esta tercera edición de Andorra Taste el premio de las jornadas profesionales del evento ha recaído en Carme Ruscalleda, una de las chefs con más reconocimientos y más queridas del mundo gastronómico. En reconocimiento a su carrera profesional y a sus años de dedicación al frente del restaurante Sant Pau (San Pol de Mar, Barcelona), la cocinera ha recogido el premio de manos de Roser Torras, otra mujer referente en el sector al frente hasta hace bien poco de grup gsr y amiga de la cocinera.

Antes de la entrega del premio, Ruscalleda ha tenido la oportunidad de repasar su legado en conversación con Benjamín Lana, director general de Vocento Gastronomía quien le preguntaba cómo llevaba el retiro. Un retiro, que de hecho no ha sido tal, tal como contaba la misma Carme. “Primero de todo, decir que no me arrepiento de mis decisiones. Me decían te vendrá un bajón cuando cierres el Sant Pau. La verdad es que de momento no lo percibo porque sigo teniendo vínculo y compromiso con la cocina. Me he liberado de los servicios, eso sí”, contaba la chef.

De esos años en primera línea gastronómica, Carme solo tiene buenos recuerdos y asegura que en el fondo “yo solo quería hacer las cosas a mi manera, y la profesión me lo ha permitido”. Un trabajo que no hubiera podido realizar sin el apoyo y la colaboración con su marido, Toni Balam. “Con Toni somos un tándem”, reconocía, “ninguno de los dos hubiéramos llegado donde hemos llegado sin el otro”.

Y es que el papel de la familia ha sido fundamental para Carme, quien ahora ve cómo sus hijos siguen relacionados con la gastronomía pero cada uno siguiendo su camino. “De pequeños los van contaminando”, explicaba la chef. Preguntada por Lana sobre porqué no hubo continuidad generacional en el Sant Pau, Ruscalleda se sinceraba: “Se lo propusimos a Raül, pero nos dio una respuesta que seguramente hubiera sido la que yo misma hubiera dado a mis padres en la misma situación. Dijo: ‘Este es vuestro proyecto, yo tengo mi vida.”

Concluía esta conversación relajada sobre el escenario de Andorra Taste con un consejo de Carme Ruscalleda a los cocineros andorranos. “La cocina de un lugar es cultura, carácter y singularidad. Bucea en esa singularidad y llévala a la excelencia. La gastronomía es la postal amable de un país”, decía convencida la galardonada quien sigue defendiendo la importancia de cocinar en sintonía con las estaciones y el territorio. “La moda puede ser atemporal, la cocina no. ¡Qué necios somos cuando no comemos productos de temporada”.